Nada mejor que más de cinco mil personas haciendo una cola eterna al sol para sacar lo peor de cada uno, casi quedé sin municiones durante la caza. Se estaban repartiendo entradas gratuitas para un evento muy interesante, y se veía a simple vista apenas llegué que no había posibilidad alguna de obtenerlas, eran diez mil entradas y cada persona tenía derecho a dos. Ilusamente llegamos a la hora exacta en que se empezarían a repartir y no antes, subestimando la publicidad que le podrían haber hecho al evento. Nos quedamos por tres razones, la primera porque estaba tan desordenada la fila que quizás había menos gente de la que parecía haber, la segunda porque quedamos inicialmente a la sombra, y la tercera razón....mi marido siempre termina lo que empieza. Entonces me quedé esperando algo que no iba a suceder, pero observando cómo se gestaban a mi alrededor un sin fin de situaciones dignas de mi intervención.
El “colado” fue el primer espécimen a eliminar en todas sus versiones. El que caminaba al lado de la fila disimuladamente y que de pronto aparecía en la fila. El que descaradamente buscaba más adelante a quién meterle conversación y luego se quedaba. Y el grupo de amigos que llegaba más tarde pero que venía con uno que había estado haciendo la cola desde temprano. Fueron los más difíciles de asesinar debido a su gran número, definitivamente muchos. Por suerte cuando se acabaron las entradas quedaban todavía cientos de personas delante de nosotros lo que me hace pensar que aún cuando no hubiera habido ningún “colado” habríamos quedado sin entradas.
Luego estaba el “paranoico”, cuya actitud ciertamente era fundada dada la existencia del primer grupo ya mencionado, pero que ya exageraba y veía peligro donde no había y empezaba a alegar y generar conflicto porque sí. Un poco complicados de eliminar porque se podía justificar un poco la estupidez debido al calor, la larga espera, y estar bajo la amenaza de su depredador natural, el “colado”.
A mi juicio el peor fue el “inconsciente”, que tenía a sus hijos al sol, cansados, y pidiendo irse pero no eran escuchados. Presa fácil, si no les prestan atención a sus hijos sufriendo menos se iban a dar cuenta de mi presencia amenazadora.
Lamentablemente ninguna de estas especies está en peligro de extinción, pero hice lo que pude.
1 comentario:
En algún minuto fui suficientemente ilusa como para entretener la idea de ir a pararme al sol y hacer la cola con todos esos seres inamibles que mencionas.
Por suerte se me ocurrieron otros panoramas.
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