LIVING ON A PRAYER....

Mi cliente, es fanática de un grupo musical que dió un concierto hace poco en la ciudad donde ella vive. Esperó por años que esto ocurriera, y nunca pensó que esta espera terminaría justamente cuando ella estuviera esperando....un bebé. Difícil tarea la de ir a un recital con siete meses de embarazo, así que se puso a hacer las averiguaciones pertinentes para asistir de la manera más responsable y cómoda posible. 

Lo primero que hizo fue comprar entradas en un sector en el cual ella pudiera estar sentada, y con asiento numerado para llegar justo a la hora y así no exponerse haciendo la fila. Como además es socia del club de fans oficial de estos artistas, consultó por la posibilidad de estar en un lugar para personas con movilidad reducida. La respuesta fue que solamente la empresa productora encargada de organizar el evento podía disponer de estas ubicaciones. Llamó a dicha empresa, y previa consulta (aún no se sabe a quién), la persona que le contestó le dijo que sí, que habría espacio para ella. Le preguntó si las entradas que había comprado le servían, la persona le dijo que no, que tendría que comprar otra en el sector que está al lado del lugar designado para personas con movilidad reducida, y que llamara una semana antes del concierto para coordinar el ingreso. Compró la entrada en el sector que se le indicó, y vendió las otras dos. Dos semanas antes del concierto (si, se adelantó una semana, digamos que es MUY fanática), llamó para coordinar. La misma persona le dijo que no iba a ser posible, que lo sentía mucho pero nunca le había asegurado nada. Mi cliente le pidió que por favor la comunicara con la persona a la que le había consultado la primera vez, petición que le fue negada pero consiguió el correo electrónico de su jefa (se sospecha que esta jefa fue la misteriosa persona que autorizó inicialmente el requerimiento). Escribió un mail relajado pero firme, en el cual le participaba su molestia pues había vendido dos entradas en un sector donde podía estar sentada con su marido, y se quedó con una sola en un sector inseguro e incómodo para su estado porque le habían asegurado que con esta última podría ingresar al sector especial.

Si les ha molestado en algo la situación hasta ahora recomiendo dejar de leer, pues la respuesta fue la siguiente:

"Primero que nada felicidades!!!! la llegada de un bebé siempre es una buena noticia. Segundo, ¿no pediste el nombre de la persona que le autorizó tu ingreso a la persona que te contestó? Si se tratara de la seguridad de mi bebé sin duda me habría preocupado de obtener todos los detalles y un respaldo por escrito. Tercero, dudo mucho que te hayan dicho que podrías ingresar al sector para gente discapacitada, pues un embarazo es una situación temporal y feliz, no te puedes comparar con la gente que no tiene la misma suerte de estar sana como tú. Por último, te deseo lo mejor en el desenlace de tu embarazo, que es lo que debe preocuparte ahora"

Primero que nada muy sarcástica tu forma de parecer simpática. Segundo, no confirmes que la palabra de la gente que trabaja contigo no vale, y menos aún pongas en duda el buen juicio como madre de mi cliente. Tercero, no sugieras que está pretendiendo obtener un trato preferente que no merece, se entiende que la gente con movilidad reducida puede estarlo temporal o permanentemente. Por último, te deseo lo mejor tratando de evitar tu muerte, que es lo que debe preocuparte ahora.