SUTILEZAS

Entramos al supermercado con un carrito de compras, nos detenemos en un pasillo unos pasos más allá, se nos acerca una persona y nos dice de manera educada: "disculpen, ese es mi carro". De la misma manera le respondemos que no, que lo habíamos traído desde afuera. El señor insiste, y dice: "es mi carro, yo lo había dejado ahí". Insistimos que no (literalmente no habíamos soltado el carro desde que entramos), que seguramente el carro de más allá era el de él. Y nos dice: "no, ese no era el mío, pero no importa me lo llevo igual". Acto seguido lo dejo sepultado bajo un cerro de conservas.

Hasta aquí ustedes dirán que he perdido toda perspectiva y objetividad, que por pura gula estoy viendo cosas donde no las hay, que me haga ver por un profesional y que suelte el carro. Pero si tan sólo hubiesen visto la cara y escuchado el tonito del tipo habrían entendido lo mismo que yo:

"disculpen sinvergüenzas, ese es mi carro" 

"es mi carro, no se pasen de listos, se nota que siempre lo hacen yo lo había dejado ahí y no hay forma que alguien haya visto que estaba en la mitad del pasillo y lo haya movido para poder pasar" 

"no, ladrones de carros, ese no era el mío soy capaz de distinguir perfectamente entre dos carros vacíos iguales, pero no importa por que yo soy mejor persona me lo llevo igual y dejaremos de lado el hecho que el mundo está como está por que existe gente como ustedes"

Me avala mi marido que quedó con la misma sensación, y eso que él es incapaz de juzgar o interpretar intenciones, sólo hechos.